Tal y como se vino anunciando en la última semana, hoy se va a realizar algo diferente a lo que acostumbra Tiempo de Bolsa en el 99.9% de sus actualizaciones, así que para discernir esto respecto a Tiempo de Bolsa, se tratará el tema en cuestión, pero bajo el nombre de Miguel Ángel para darle un toque más personal y quizás no tan formal como lo que escribí en su momento aquí el año pasado y que el 7 de septiembre le volví a dar una vuelta.
A nivel profesional, el año 2017 y el último cuatrimestre del 2016 ha supuesto la época donde más personas he conocido (personalmente) tanto dentro de este sector como en otros dos sectores afines. Todo ello, unido a los usuarios con los que el altavoz de Tiempo de Bolsa me ha conectado, y junto con la mochila que llevaba de años atrás, me ha permitido hacerme más que una idea de cómo está estructurado el “misterioso” mundo de la Bolsa y a la vez lo complicado que va a ser aglutinar todo lo que tengo en la cabeza de cosas que recuerdo de hasta el año 2005, por lo que sé la hora y el minuto a la que comienzo a escribir este post, pero no su hora de finalización.
El resumen en dos líneas sería que al final el instinto primitivo del ser humano predomina por encima de los demás y de ahí que salgan a relucir tantos tristes, buscar de cualquier forma el reconocimiento, falsa humildad, envidia, estafas y la crítica, pero vayamos por partes.
Este año la Bolsa Española se ha dejado unos cuantos cadáveres de calado que ha permitido mostrar las vergüenzas de un@s por primera vez y el descaro de otr@s por enésima vez. Sí, me refiero al destrozo en Abengoa, Banco Popular y Urbas (independientemente de lo que ocurra en esta última mañana a su vuelta). Las tres tienen como denominador común que comparten el mismo tipo de accionista.
El Banco Popular por su exposición mediática se lleva todos los focos. Grandes inversores apostaban en mayo por una importante subida de precio y personas que no son profesionales, pero con cierta influencia, estuvieron hasta pocas horas antes de su suspensión creyendo en el milagro e invitando a ir por más incluso. Una vez conocido el fatal desenlace hay que arreglar el entuerto y limpiar tu imagen. ¿La mejor forma? lanzar con la boca pequeña a través de un informe que también se estaba invirtiendo en corto (primera noticia) y tras ello, a despotricar atacando a los Hedge Fund, a los reguladores e invitar a los demás a cogerse un abogado (dando imagen de cohesión con la esperanza de que no seas tú el denunciado por tus anteriores “visiones” con tanta contundencia). La historia se repetía y lo digo porque casi esos mismos actores con esas mismas respuestas ya los ví por el año 2006 con Jazztel, Ercros, Afirma (Astroc), Zeltia, etc…
Por contra, en Abengoa a pesar de no haber perdido el 100% de la inversión, la bola de nieve es aún mayor porque a día de hoy se siguen arrastrando a inversores prometiendo un futuro que no está en sus manos y por supuesto basado en factores que no son medibles y por tanto no justificables con el “a ver qué tal, si es poco dinero”.
Estos casos mencionados van por los del lado de las pérdidas, porque luego vienen el de los “Nostradamus“, esos que se equiparan a aquel chico catalán de 2º de Bachiller que salió en varios medios porque en un trabajo de la asignatura de Economia, con un par de datos vaticinó la quiebra de Abengoa. Cuidado…porque uno ya no sabe quien de los dos bandos es el más peligroso. Aquellos que te avisaron 2 años antes sobre el Popular y Abengoa son los mismos que no veían el año pasado un Ibex por encima de 9.570 puntos (ahí es nada) y dejémoslo ahí porque si de errores de bulto hablamos, hoy no acabó.
Aparcado ya este año y si pensamos en lo que supone Internet para nuestras vidas, todos llegamos a la conclusión que es una herramienta que ha permitido una democratización de la información a todos los niveles, pero a su vez tiene un poder de destrucción que puede reportar mayores consecuencias que sus beneficios. Esto lo digo por la cantidad de estafas que están surgiendo, cada vez mejores y muy lejos ya de métodos a lo “Paco Porrás” (de Pacos está lleno este sector y nunca mejor dicho). Hace 6 años exactamente tenía ubicadas tres empresas de servicios de inversión que se hicieron fuertes en Internet a nivel nacional, y que tras quitar dos capas de profundidad, podías comprobar (no sin dificultad) el grado de estafa al que podían y pueden llegar. A día de hoy no son 3 empresas, no, no…es una red muy bien montada a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, conformadas por varios miles de usuarios que se apoyan entre ellos y dan más fuerza si cabe a dichas empresas. La principal herramienta es Twitter y el punto en el que comenzó el boom fue más o menos poco antes de mitad del año 2016.
En mi caso, comencé a darme cuenta de lo que se estaba urdiendo en Navidades del 2016 y conforme iba avanzando el 2017, uno iba de sorpresa en sorpresa viendo que personas que tú conoces, de alguna forma u otra también están dentro. Te percatas cuando las adulaciones hacia tu persona son ya excesivas (a la gente le encanta retuitear esos comentarios para alimentar su ego) o cuando te tantean (por teléfono también) para ver si das algún tipo de curso, intentando mostrar interés en ti y que te abras de alguna forma. Su respuesta en el 100% de los casos cuando comenzabas a rascar es “yo soy un mero aprendiz” (sus preguntas no son de aprendiz precisamente), “no sé de lo que me hablas”,etc… es decir, se notan ell@s mismos que se han puesto al descubierto y tampoco alegan mucho más para que los creas (algo es algo).
El perfil tipo era gente joven sin oficio ni beneficio y con poco nivel de formación, pero con el paso del tiempo han subido varios niveles con perfiles muy estructurados, de ahí que diga que nunca sabes con quien te la estás jugando y cuando digo nunca es nunca, porque te puedes llevar sorpresas mayúsculas. Desde entonces, no he hecho otra cosa más que intentar bloquear en mi perfil de Twitter a todo aquel que crea que forma parte de esa red, sin importar quedarme sin seguidores y perder lo ganado tiempo atrás limpiamente. Unos números de seguidores y toda una parafernalia del postureo de dar las gracias por llegar a los 3000-4000-5000 seguidores a los que me niego a entrar, siendo por ello por lo que he eliminado o más bien bloqueado a lo largo del 2017 a 2.400 y pico seguidores sobre el total que tengo ahora (más del 70% eliminados) y conseguidos en su momento como digo más arriba, de forma limpia, sin estratagemas del follow/unfollow, creación de cientos de perfiles falsos (¿hay tanto tiempo libre?) o mediante una limpieza de historial de TL para comenzar de 0 con pocos tweets-muchos seguidores, y/o demás formas oscuras para parecer algo que no eres.
Las cifras que manejan estos grupos en cuanto a remuneraciones/comisiones las desconozco por completo, principalmente porque a Tiempo de Bolsa nunca le han insinuado nada, seguramente porque hayan visto la bio de la web o simplemente porque hayan comprobado que no mucha gente (más allá de empresas) tengan gestos como regalar cestas de navidad por amor al arte.
De esos miles de usuarios que copan la mayor parte de sus seguidores en Twitter o Facebook, realmente son activos cerca de dos, tres centenares de ellos. Piense por un momento, usted que me lee con 5.000 o 10.000 seguidores, ¿cómo es que no interactúa diariamente con frecuencia con más de 60-70 seguidores? porque los demás son cuentas opacas que están en vigilancia y sólo ejercen su actividad cuando los “jefecillos” tocan trompetas debido a que es el momento de que se comience a comentar de más este valor para un futuro a corto o medio plazo.
Un ejemplo: Tiempo de Bolsa vio una pequeña oportunidad en la portuguesa Impresa SGPS poco antes de comenzar el pasado verano y a partir de ahí preguntas de gente que estaban ahí, pero agazapadas. El valor es del tipo que gusta a los estafadores (de mecha rápida). A partir de ese instante y nunca antes, se abrió la veda para “jugar” con la portuguesa públicamente, al igual que se hace con Abengoa, Pescanova, Nyesa, Inypsa, Quabit, etc…
Fuera de esa gran red, existe otra y que está enfocada más en la formación que en la inversión. No está catalogada como estafa porque al fin y al cabo es “cultura”, pero sí que juega con las ilusiones de la gente en unos casos y en otros, pues te hacen creer que lo puedes conseguir con esfuerzo y estudio. Aquí hay que diferenciar entre los formadores desde hace ya bastante tiempo y los nuevos. Los últimos tienen que dar una imagen profesional, de ahí que una parte de ellos borren todo su historial que circula por Internet y a comenzar una nueva etapa con el expediente “limpio” para dar comienzo a un negocio mediante webinars, salas de trading o mediante telegram, y en menor medida con la creación de “nuevos” indicadores técnicos. Te cuelgan alguna que otra TIR para poner la estrella en el árbol y usted que no tiene ni idea alucina. ¿Lo siguiente? un paseo en barca.
El tema de la formación en Bolsa está ya muy comentado en otros lugares, por lo que poco más que añadir, aunque sí un apunte: con rotundidad (muy pocas veces hablo así) le aseguro que la profesión de formador es en un 100% una posición perdedora a largo e incluso a corto plazo en Bolsa. Con la cantidad de dinero que han recogido algunos de ellos, disponen del capital suficiente como para no desplazarse a más ciudades y vivir de sus inversiones. ¿Por qué no lo hacen? ya se lo digo yo, porque han abierto varias cuentas de trading y las han destrozado, así que el santo grial que le venden es eso…una forma de vida que se han buscado para evadirse de sus anteriores ocupaciones, trabajos que no tenían recorrido en la mayor parte de los casos.
Y es que aquí, en este maravilloso mundo, el que no corre vuela, sea un particular, empresa de servicios de inversión o incluso un medio de comunicación (que por cierto, tengo constancia que algún que otro directivo de dicho medio leyó Tiempo de Bolsa el 8 de junio y encima sin haberlo nombrado ni comentado con nadie más, pero seguramente todo sea casualidad).
Toca ahora hablar del glamour, de las ganas de agradar y sobre todo, de sentirse reconocido constantemente (no puntualmente) porque al fin y al cabo todos quieren vivir directamente o indirectamente de esto. ¿Formas de disfrazarlo?:
1- Comunicar a los cuatro vientos que te presentas a un examen o certificado (no la oposición a Judicatura precisamente). Todo en la vida es cuestión de preferencias. Los hay que son más de colgar sus títulos en la oficina y hacerse una foto en la mesa con ellos detrás y luego está el resto.
2- Demostrar que has compartido mesa y mantel con “X” e “Y” en tal evento, aunque eso sí, me abstengo de comentar tras esa foto de que entre medias me he reído porque “ése de ahí no está donde yo”, pero oye, que no falten los comentarios jocosos sobre la presentadora (no es un caso aislado y mucho menos de personas desconocidas).
3- Reseñar las veces que haga falta el número de visitas que ha tenido tu publicación, dando por cierto unos datos erróneos ya que no tienen en cuenta ninguno la fórmula “1 IP/día=1 usuario”. Si tenemos en cuenta que La Vanguardia es el 3er diario generalista más leído en España y la 31º web más visitada, ¿cómo es posible que obtengas el mismo o más número de visitas que ellos cuando en su sección de Economia un artículo bien correspondido tiene una media de 16.000 usuarios al día? no, ya le digo yo que no es posible, pero es que cuando hablamos de datos o bien nos los inventamos para dar una imagen que no es o simplemente no tenemos ni idea de lo que llevamos entre manos.
4- Mostrarle lo que obtuve con esta operación hoy, que esa es otra…se remarca la ganancia (en € ni más ni menos) y se pasa de puntillas por las pérdidas si tienes que rendir cuentas, o directamente ni se menciona en caso de que no tengas inversores a tu cargo.
5- Recordar lo conseguido en una operación hace 2-4-7 años para justificar un presente y especialmente un futuro que te ponen en entredicho.
6- Ponerte a seguir (trabajes en una Gestora, seas un economista televisivo con tus pinitos en Bolsa o seas un simple aficionado) como si no hubiera un mañana a miles de personas en Redes Sociales para que te devuelvan el follow. Si a la semana no se lo devuelves te retiran la invitación y te la vuelven a mandar dos semanas más tarde (de ahí que veamos muchos perfiles con miles de seguidores conseguidos antaño y que actualmente ya crecen por inercia, pero si te fijas, el aporte que dan no se corresponde con una calidad sobre el resto).
7- Utilizar la primera persona del plural a la hora de acometer una inversión. ¿Qué eres? ¿un holding? ah, que estás tú sólo entre esas cuatro paredes.
8- Manipular la información que das a tu antojo, es decir, lanzas un domingo en una publicación alrededor de 15 “Ideas” de trading. 11 salieron mal (más del 50% vamos) y de las 4 que han ido bien, dos en especial han marchado muy bien, pero cuidado, desde que tú la comentaste ha retrocedido un 20-26% y ahora es cuando la saco a relucir porque el conteo va con un +65% desde mi comentario (lo de más atrás lo omito). El ejemplo este va por las First Solar de Tiempo de Bolsa desde el 31 de marzo del 2017 (precisamente no mucha gente en España se ha hecho eco públicamente de dicha renovable).
Tiempo de Bolsa por suerte compró casi en mínimos (rara vez ocurre), pero los pocos que la mencionaron de antes, ¿asumían una pérdida o un stop del 26%? por supuesto!. Y por cierto, ya que hablamos de stops, si eres todo un holding empresarial o un referente y se saca pecho de unos resultados (con o sin informe), también es justo decir que como “holding” promedias a la baja, te comes gaps del 20 % en Técnicas Reunidas (pero que conste que acerté) y del orden del 14-20% en algún que otro chicharro, ¿eso lo omitimos?.
9- Vacaciones de 3 meses como un funcionario. Sí hombre, el trading me lo permite.
10- Y la décima y última es la que particularmente tiene más gracia: publicar “supuestas” cartas de un cliente o lector que está muy contento contigo. El olor ahí ya es importante, y ya si van dando lecciones a nivel “internacional” cuando ni su propio equipo es conocido y por supuesto su web no sale ni rankeada en Google pues ya…
Momento ahora de hablar de la falsa humildad, siendo este apartado, junto con el de los tristes y la crítica, algo común a la vida misma. Ser humilde es una cualidad a destacar por encima de muchas, especialmente si se hace bien o muy bien las cosas en tu ámbito, es más, de hecho también se puede ser humilde si alguna vez durante el año (dos-tres veces a lo sumo) sacas pecho. Aquí confundimos enseñar los dientes esas dos o tres veces al año con chulería, cuando el chulo (el falso humilde) está en la otra acera pero disfrazado.
¿Cuántas veces hemos oído “estoy en constante aprendizaje” , “me falta aún mucho por saber” “soy exactamente como tú, unas veces acierto y otras fallo, pero siempre le pongo esfuerzo” ? seguro que unas cuantas, y después hacemos un batiburrillo con frases e imágenes hechas tipo “coaching” de “be water my friend”, “the trend is your friend” (en inglés suena más fuerte). De esa forma obtenemos la complacencia de la gente y es innegable que vamos a pies juntillas con ellos, pero hasta un punto y ese punto llega cuando pasas a un nivel privado, y cuando ya has cogido la confianza necesaria, de repente te dicen “yo sé mucho de todo y de todos vosotros, más de lo que te piensas, llevo mucho aquí”.
Ya ni le cuento si te ven como rival cuando en un principio no lo parece. Este verano sin ir más lejos participé en un concurso de trading que englobaba varios paises de la UE (dinero real, nada de jugar a las muñecas en demo y de regalo un reloj). Al comienzo, a unos pocos que conoces y que en mayor o menor medida tienen su público, te desean suerte y te dicen que están como tú ahí como un “juego” (ya le digo yo que un juego no es, sino no te molestas en acudir, emplear un tiempo majo y rellenar formularios, pero es lo que se suele decir antes de un “partido” para echar balones fuera por si el resultado a posteriori no te acompaña). Finalmente no resulte ganador, tampoco estuve en el podium, ni entre los 10 primeros, pero sí cercano a esos 10 primeros y muy, muy lejos de esas personas (dicho sea de paso, se sorprendería de la gente anónima que hay y que llega a la excelencia en mayúsculas). ¿Alguna felicitación o comentario jocoso por móvil o mail a posteriori? nada, el silencio, los mismos de las frases hechas encerrados en la cueva y volviendo con la masa, su masa, aunque eso sí, si en algún momento de la prueba se adelantaban posiciones, les faltaba tiempo para contarlo.
Incluye un@ fals@ humilde en tu vida y cuando se te cruce un stop del 20% ni te habrás dado cuenta porque “hoy yo pierdo y mañana tú ganas”. ¿Es así?
Última etapa, la de los tristes, la de la crítica, los cuñados vamos. Viven por y para señalar. Tienen mucho tiempo libre o lo buscan. Alguna o algunas patas en su vida les falta (económica-laboral, familiar, sentimental, mala infancia) y la cubren anhelando públicamente y en privado ese coche/moto/mujer (una vida vamos) que nunca van a tener, sacando de ahí la frustración necesaria (día sí, día también, semana sí, semana no) para cargar contra personas, gestores, empresas, por el simple hecho de ver que ellos sí están construyendo algo o simplemente porque disponen de unos medios que ellos no tienen pero que desean.
Esta gente va en manada (nunca mejor dicho) y en algunos casos (los de psiquiatra) tienen autobombo por internet al hacerse muchas decenas de perfiles llegando hasta límites insospechados (de ahí saco el resto de bloqueados que tengo y que no pertenecen a estafadores). Si como manada tienen su influencia, esa influencia pierde su efecto sin alguien de verdad profesional que les deja el pasillo libre o les introduce, y es ahí donde entran los tristes, personas que en la década pasada tenían su aquel en el mundo de la Bolsa, pero que de alguna forma lo han perdido y por lo tanto de algún modo hay que seguir en el candelero, aunque sea con pequeños fogonazos.
La manía persecutoria es su “sino” y a poco que destaques, la pieza se vuelve más codiciada, siendo justo ahí cuando yo me pregunto: ¿en qué te afecta a ti personalmente lo que haga esa persona? seguro que todos tenemos en la cabeza esa SICAV, ese gestor de turno o esa persona que tiene ya montado su negocio girado a este mundo. ¿En qué te influye que esa persona (a tu juicio) lo esté haciendo mal o supuestamente cometiendo un delito? ¿eres competencia? no, ¿eres policia judicial? tampoco, ¿entonces? eres un fracasado o acomplejado de la vida.
No pongo en duda que esas personas a las que se les ataca continuamente hayan hecho cosas mal, pero es innegable que algo bueno tendrán cuando han conseguido lo que han conseguido, sea con el arte que sea, da igual, la cuestión es que viven de ello y tú no, es simple.
Este grupo es el más peligroso de todos con diferencia porque cuando a un “tonto” le da por un camino…, y digo tonto entre comillas porque llegado a un caso extremo y dependiendo a quien se enfrentan y de la violencia verbal de la acusación, reculan para atrás y borran el rastro (la cobardía dentro de la locura también es un gesto reconocible), aunque en la mayoría de los casos no tienen la valentía de dirigirse a ti directamente y van por detrás (de ahí la peligrosidad). Eso sí, cuando los tienes cara a cara (si tienes esa suerte) la fiera te hace “miau” en la mayor parte de los casos y en el caso más extremo te monta el espectáculo en la conferencia, quedando retratado.
Es un grupo que también domina todos los temas. Saben de opciones, de temas informáticos, de política, de fútbol, de relojes, de restaurantes, de coches, de petróleo y hasta de cryptodivisas oiga!, y en algunos casos te hablan con cierta frecuencia con siglas y expresiones en inglés. Vamos, lo que viene siendo un completo, aunque lo curioso es que un cazatalentos no los haya puesto como directivos en una multinacional. Los pocos, hablan desde la estabilidad y complacencia que proporciona papi, y el resto (la mayoría) hablan desde su escritorio con gotelé de fondo.
La Navidad se acerca ¿y aún no tienes un regalo que hacerle a tus amigos tuiteros? Este les entusiasmará: TUS MEJORES OPINIONES DE 2017, EN DVD pic.twitter.com/gl3k5dy0jL
— Miguel Ángel Quintana Paz (@quintanapaz) December 13, 2017
Da igual si descubrieron la Bolsa hace dos años o tres, da igual si tienen 25 o 55 años, la cuestión es que el cuñado te instruye como pocos. Miedo me da cuando esta gente con esas cualidades pasan al terreno de la formación de pago y no de cualquier lugar, sino de universidades, cuando previamente han estado contigo en alguna formación presencial de algún que otro gestor y cuando veías las preguntas que hacían (sin filtro de cuñado de por medio) te quedabas tiritando.
Me dejo muchísimas cosas en el tintero como lo de dar lecciones desde la poltrona con un gráfico lineal y quedarme más ancho que largo; “este valor irá bien sino se tuerce” (nos ha fastidiado); “los 140 carácteres de Twitter se quedan cortos para lo que quería explicar” (de alguna forma hay que justificar el error); ejercer de Gurú adelantándose a un acontecimiento futuro de magnitud, bien sea del Ibex o de algún que otro índice, recalcarlo en tus publicaciones o medios, pase el tiempo, comience el nuevo año o el siguiente trimestre y ver que no haya ocurrido absolutamente nada, así que como buen falso humilde y Gurú (estafador no) hago “fiu, fiu”; remarcar que haces “ganar mucha pasta con tu método” (aquí sí entran los estafadores con o sin tirantes que comenté al comienzo); tirar del recurso de las ondas, recurso que sobre el dibujo están de cine, pero siempre y cuando sea para dibujo técnico, luego en la ejecución tras unas semanas ha quedado claro que lo que buscas (por regla general) es el reconocimiento de la…sapiencia, pero no de lo que queremos obtener realmente amigo, etc…
La falta de palabra y de pago es también algo muy o demasiado característico en este sector, pero eso da para otro capitulo, al cual no voy a llegar y me guardo para mi mismo.
Y por último, una persona con la que no comulgo, y a la que tengo que reconocer su grado de experiencia en este sector, me dijo hace no mucho “Miguel, por traer dinero a mi casa soy capaz de lo que sea” y es ahí donde uno puede comenzar a entender todo “algo”, siempre y cuando tengas cargas familiares (el resto son pues eso…).
De cada uno de nosotros, depende que esta profesión, a través de la cual hemos conseguido vivir tan sólo unos pocos que no trabajan en gestoras o agencias de valores (sin dar cursos de formación, ni fórmulas extrañas, ni ejecutando alguna de las “técnicas” de arriba) no se asemeje al glamour del Instagram, del like y de los seguidores, y que por tanto eso genere multitud de tristes, falsos humildes y humo, mucho humo, envuelto por un marketing divino y tras el cual se hace muy difícil discernir el bueno o muy bueno del malo.
Y ahora sí, ¡feliz 2018!